5 cosas que hacer con tu perro si te falta tiempo

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El trabajo, los compromisos familiares, las relaciones sociales, las prisas… Hay veces que no podemos dedicarle a nuestro perro el tiempo que nos gustaría.

Tener un perro en casa exige una responsabilidad y una dedicación, pero por muy concienciados que estemos, a veces nos vemos forzados a no poder atenderle con todo el tiempo que se merece, y si poco a poco vamos dejando nuestras obligaciones de lado, tendremos un perro triste, desestabilizado, con exceso de energía o déficit de cariño…

Por eso este artículo no pretende ser una justificación de la falta de tiempo para dedicar a tu perro como una constante, si no para poder salvar esos días o temporadas en las que, circunstancialmente, vamos a tener que ingeniárnoslas para que nuestro perro pueda seguir recibiendo la atención que se merece, a pesar de nuestra poca disponibilidad.

Entonces, ¿cómo podemos hacer para seguir manteniéndolo entretenido en aquellos momentos en los que las manillas del reloj no nos dan tregua? Aquí te dejo algunas ideas:

1. A la hora de comer

La comida supone un pasatiempo estupendo para poder dejar a nuestro perro que se divierta solo durante un buen rato. Además, si tu perrete es ansioso y devora la comida en pocos segundos, estas prácticas le vendrán también muy bien.

La idea consiste en que pase un buen rato detrás de la comida, en vez de que ésta esté en su plato y no suponga mayor interés que simplemente comerla. Mientras tanto, tú continúas tu vida habitual pero tu perro habrá estado ejercitándose con el olfato durante un tiempo, disponiendo de menos hueco libre y necesitando después un ratito para descansar. ¿Cómo lo hacemos? Fíjate qué sencillo:

Esparce la comida por el suelo

La manera más rápida, para cuando de verdad no tienes un segundo que perder, es esparcir su comida por el suelo, tanto como puedas, para que él se dedique buscarla y continuar olfateando hasta que se convenza de que no exististe ningún resto de comida que llevarse a la boca. Cuanto más amplio sea el espacio que tenga para buscar, más tiempo tardará, mientras tú hace rato que has seguido con tu rutina diaria.

Utiliza un juguete interactivo

Hay de muchos tipos, preparados para meter la comida en el interior y, según el perro le da con la pata o con el hocico y lo hace rodar y moverse, la comida irá saliendo por los agujeritos destinados a ello. Esto normalmente le llevará al perro algo más de tiempo para poder sacarlo completamente, y el único tiempo que te va a llevar a ti es el de meter la comida dentro del juguete.

Como en todo, hay diferentes niveles de dificultad según el juguete que elijas… desde un kong que al volcarlo despedirá todos los trocitos, hasta pelotas con laberintos internos que pondrán a prueba la paciencia de tu perro… ¡y sus ganas de comer!

¡Hazlo tu mismo!

Fácil, muy fácil, y económico. Eso sí, te llevará un poquito de preparación al principio, aunque una vez que lo tengas hecho será tan rápido y cómodo como los juguetes que comentaba arriba.

Coge una botella y haz varios agujeros de diferentes tamaños en ella, por donde puedan caber los trocitos de comida que introduzcas dentro. Mete la comida y déjale desarrollar sus habilidades para conseguir el almuerzo. ¿Te apetece decorarla? ¡Tendrás un fantástico juguete personalizado!

2. De paseo

Tienes 10 ó 15 minutos únicamente para sacar a tu peludo esta vez… Lo primero que tienes que hacer es relajarte y dedicarle ese tiempo a tu compañero de 4 patas, para hacer lo que necesite hacer. Y no me refiero únicamente a sus necesidades fisiológicas, que por supuesto.

Con frecuencia si llevamos prisa, saldremos como una mecha para hacer el paseo que hacemos normalmente, pero con mucho menos tiempo, o haremos el que sabemos que se tarda lo justo para llegar a casa de nuevo a la hora estimada. Y eso suele conllevar un paseo muy rápido donde nuestro perro a penas puede pararse a oler o incluso a observar lo que hay a su alrededor.

Lo que yo te propongo es que te olvides del camino, y calcules el tiempo que tienes para que puedas estar en casa a la hora que necesites, pero si habéis avanzado en esos 10 minutos 5 metros, ¡bienvenidos sean! Si es tu perro el que marca el ritmo porque está interesado en las cosas que hay por esa zona, ¿por qué no le dejamos investigarlo?

Poder pararse y tener ese ratito tranquilo, le va a sentar mucho mejor que salir corriendo, con tirones de uno y otro lado, como si de una carrera de competición se tratase.

3. En casa

Después de un duro día de trabajo es reconfortante llegar a casa y ver la alegría de tu perro al aparecer por la puerta. Y esos días que el tiempo se nos escapa no podemos dedicarle ni un ratito para estar con él… Sin embargo, es posible que a lo largo del día tengas un rato para leer un informe, teminar de repasar el examen, ver las noticias o contestar los mensajes del teléfono móvil… Son situaciones ideales para pasarlas junto a tu perro, acariciándole de manera relajada, sin dejar de hacer tus tareas.

Unos mimos os sentarán bien a los dos, y podrás seguir manteniendo vuestro vínculo a pesar de las circunstancias. Prueba a sentarte en el suelo, en unos cojines o un puf, para estar más cerca de tu perro. Ya verás cómo lo agradece.

4. Juego con cuerda o mordedor

Para los momentos en los que estás en casa y necesitas menos concentración que en el apartado anterior, puedes usar un juguete concreto para que tu perro pueda tirar de él mientras tú continúas tus tareas. Él estará encantado intentando quitártelo. Incluso puedes colgártelo de la cintura o de un tobillo si necesitas desplazarte por la casa.
Es importante que el juguete sólo aparezca en estos momentos y que desaparezca cuando el juego haya terminado, para no tener al perro pidiendo juego en todo momento, esperando como loco que te decidas a jugar con él.

5. Juguemos al escondite

Si tienes un poquito más de tiempo y el trabajo que tienes que hacer requiere una dedicación leve aunque continuada en el tiempo, como preparar una comida elaborada, hacer alguna actualización del ordenador o incluso regar el jardín, puede ser momento de jugar al escondite con comida o con su juguete favorito.

Tendrás que comenzar por esconderlo de manera que pueda encontrarlo fácilmente si no habéis jugado antes, y conseguir que su motivación por el juego sea muy alta. Poco a poco podrás ir escondiéndolo en lugares más complicados, hasta que tu perro sea un auténtico Sherlock Holmes y puedas ponerlos en sitios difíciles y le pueda llevar un tiempo más o menos largo encontrarlo, mientras tú aprovechas para seguir con tus cosas.

Si escondes algún juguete, acuérdate de jugar un poquito con él o premiarle cada vez que lo encuentre.

Otra cosa importante a tener en cuenta es que cuando se lo comiences a enseñar, no estés continuamente incitándole a buscar, si no que le des la señal y dejes que él sólo lo encuentre, o de otro modo estará continuamente pidiendo tu atención y confirmación para continuar con el juego… ¡y lo que necesitamos es que juegue mientras podemos hacer otras cosas!

Si ya encuentra cosas habitualmente, ¡usa tu imaginación y cuéntanos en qué lugares ha aprendido a encontrar lo que escondes!

Estas son algunas ideas que puedes poner en práctica para cuando no tienes tiempo de nada… pero recuerda que no tener tiempo para tu perro de manera habitual no es una actitud responsable. Los animales a los que cuidamos nos necesitan para cubrir todas sus necesidades básicas, entre las que por supuesto están el cariño y la compañía.

Sobre la autora


Miriam Sainz

Técnica y Experta en Intervenciones Asistidas con Animales, Educadora Canina especialista en conducta y entrenadora multiespecie. Integradora Social. CEO de Sentido Animal.

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